jueves, 23 de enero de 2014

Sincretismo y con cretismo




El gran filósofo Cesar Bruto dijo: ¡Qué grandE sinvento la navidA y la fiN de Anio!, colocando estos encuentros anuales junto a otros inventos de la humanidad, igualmente destacables, como “les queletO y el osígenO”.
Como, de una modesta manera nos hemos propuesto rescatar la función cultural de Cesar Bruto y su periódico “Verso si notisiA”, hacemos este breve sobrevuelo por la antropología comparada, titulado, “Aspectos singulares de las navidades catalanas, sincretismo y con cretismo”.
Los catalanes no le dan bola, o le dan poca, a la Noche Buena. Ese día es el de “caga tío”, que se pronuncia -por si viajan lo aclaramos- “cagatió”, con el acento al final, que viene a ser pronunciación de Aragón. (En Aragón, los baturros, acentúan el castellano como las palabras del mapuche, siempre en agudas. De lo cual se podría desprender que el mapuche es un dialecto originalmente aragonés, o a la inversa, pero eso lo dejaremos para futuras indagaciones)
Seguimos con el “cagatió”, que es un cacho de tronco -que en Aragón con sutiles diferencias se llama “la tronca” (fonética: troncáááááááá) - al que se le pinta una cara. Desde una semana o dos antes de Noche Buena, la gente de la casa le suministra al tronco caripintado comida y regalos; lo miman. Luego, en la noche del 24, lo cagan a palos sin piedad, para que el tronco cague regalos. Que lo hace, claro, produciendo confusiones culturales varias, como suponer que en lugar del “caga tío” el que regala es Papá Noel, Santa Claus o vaya uno a saber quién.
Lo interesante de este sincretismo catalán, que junta el cagar a palos con el cagar regalos, es que tiene su extensión en los belenes, donde nunca falta, junto a Reyes y pastores, el “caganer”; un sujeto o sujeta que está cagando junto al pesebre.
El caganer es tan importante que si una figura pública no tiene su caganer se siente menospreciada.
Del caganer nadie verdaderamente famoso se salva, ni Carla Bruni, ni Bush, ni Ben Laden, ni Maradona, ni siquiera el Papa.
Como muestra elegimos dos argentinos que pueden considerar que para Catalunya han llegado a ser primera línea, Messi y la presidenta Cristina Kirchner.
Está claro que, hagamos un poco de sicoanálisis social, los catalanes se hacen cargo de sus propias cagadas.

(Rescato este texto del baúl de mi otro blog, extinto.)

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