Luis Ferrante
Luis
Ferrante fue parte de la Cosa Nostra
-miembro del clan Gambino- hasta que, en ocho años de cárcel, se transformó en
escritor, razón suficiente para que sienta por él cierta simpatía.
Leyendo
muchas horas por día todo lo que podía conseguir fue descubriendo los
paralelismos entre la organización mafiosa para delinquir y el mundo
empresarial. Consecuencia: se retiró del mundo del delito y se convirtió en
asesor de empresarios y otras aves semejantes. (Habrán visto que no dije aves
de presa.)
Su
último libro en castellano se titula APRENDA DE LA MAFIA- Para alcanzar el éxito
en su empresa (legal)
Resultan
interesantes las comparaciones que hace entre el mundo delictivo y el legal.
Copio un fragmento en que el paralelo tiene que ver con las conductas, para no
decir la ética, que suena tan solemne.
“Los
bancos embargan las casas y echan a sus ocupantes a la calle. El sheriff local
tramita la orden de apremio, cierra las puertas y expulsa a la familia. Apuesto
a que cualquier padre que haya pasado por eso preferiría tratar con nosotros.
Puede que le rompan un par de huesos, que le pongan un ojo morado, pero por muy
grande que sea la deuda, conservas tu casa.
Seamos
sinceros: los mafiosos son egoístas, interesados, pero lo mismo les sucede a
los hombres de negocios. Los mafiosos pueden matar incluso a los suyos, pero a
los demás no se les molesta. Los empresarios, los bancos y las agencias de
tarjetas de crédito abusan de todo el mundo”.
Otro
párrafo que recorto, en lo que va camino de ser mi Biblia, también refiere a la
conducta de las empresas:
“Durante
el Holocausto, las empresas alemanas compitieron por conseguir contratos para
la construcción del equipo necesario para asesinar y liquidar a todo un
segmento de la población europea.
Una
empresa diseñó un depósito caliente para hacer jabón. Las instrucciones para
conseguir los mejores resultados recomendaban seis kilos de grasa humana, diez litros de agua y medio kilo de sosa
cáustica… todo puesto a hervir durante dos o tres horas y luego dejar enfriar.
Eso
hace que la Merkel
parezca una monjita al lado de ellos”.
El
libro de Luis Ferrante está mechado por citas. Citas de mafiosos, de jueces, de
Oscar Wilde, de Aristófanes, Frank Sinatra, el mariscal Montgomery y Hunter S.
Thompson, entre otros, que demuestran sus ocho años de lectura entre rejas. Una
de ellas y su dueño:
“Sólo
soy un hombre de negocios que le da a la gente lo que quiere”, Al Capone.
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