La
pobreza no es linda, es sucia y dura. Hay que mirarla desde afuera para verla
con simpatía. La pobreza es como un bicho, como una enfermedad incurable que
avanza comiéndose el cuerpo y, lo peor de todo, la cabeza. Porque la pobreza,
como la sífilis, termina adueñándose hasta del mundo de los sueños para
convertirlo en locura, en infamia, en miseria.
Tal
vez la comparación suene exagerada cuando se la remite al hecho que dispara
esta posdata: en Valencia un partido de ultraderecha reparte comida a los
hambrientos que tengan documentos españoles. Sólo a los que acrediten ser
españoles.
Tengo
buenos amigos de Valencia. Amigos asfixiados por una crisis económica que
beneficia a los bancos y las grandes fortunas, haciendo trizas la vida del
resto. Como en toda España. Y no los imagino negando su mano a un inmigrante,
aunque signifique compartir su último pan. Cuando eso suceda ya mi mundo no
tendrá sentido.
No
me alcanzan las razones esgrimidas por los negadores de ayuda en nombre de un miserable
“primero los españoles”. Tengo presente que en España todos se precian de ser
cristianos. Implícitamente hasta los ateos. ¿Entonces?
Entonces,
tal vez la pobreza es un bicho. Una enfermedad que comienza con hambre y
termina convirtiéndonos en miserables tan alejados de lo humano. Porque
importan poco, valen nada, las procesiones y las velas a los santos cuando
alguien abandona a su semejante –sí, su prójimo- porque es negro, musulmán,
moro o sudaca.
Me
temo que habrá quién diga: mirá cómo son los españoles. Error. Esta gente dejó
hace rato de ser española, valenciana, o cómo quiera llamarse. La pobreza -¿fue
la pobreza?- los ha convertido en lo que son, miseria. Miseria en estado puro.
(Publicado
el domingo 11/5/2014 en “Posdatas” (Miradas al Sur)
Valencia, con sus excepciones, es el paraíso de la corrupción en España y el feudo del PP y del neocapitalismo. Hace falta ser desalmado para actuar como esta basura humana. Mejor no sigo...
ResponderBorrarAnton, supongo que ellos mismos se ven como "patriotas". Me da un poco de miedo pensar que el patriotismo nos pueda llevar en esa dirección.
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