Durante los años que viví en España, doce, supe de los Centros de
Internación para Extranjeros, y también supe de un estado legal cercano al
Limbo. Sobre sus portales podría inscribirse lo que leyó Dante en su incursión
al Infierno de la mano de Virgilio: Lasciate ogni speranza oh voi che entrate.
Los grandes medios nunca hablan de ellos. Para
que no existan. Lo mismo que hicieron los bien pensantes respecto de los campos
de concentración en Francia, luego de la Guerra Civil en España, de los
campos de concentración nazis, durante la Segunda Guerra , o de los campos
de concentración soviéticos, hace un rato no más.
Los defensores de los Derechos Humanos tienen
que hacer milagros, para que los internados –que no son presos, que no son
nada- tengan derecho a los derechos básicos.
Encuentro esta nota de Enric
Llopis, un francotirador que ya había leído antes, y la pongo a correr, como la
puso a correr el portal Rebelión. ¿Por qué? Porque en Argentina los campos de
concentración y las capuchas siguen visitando nuestros sueños, y no los
queremos en ningún sitio, ni de noche ni de día.
La Nota:
Un vuelo de la compañía Air Europa fletado por el Ministerio del Interior, según denunciala
Campaña por el Cierre de los CIE, tenía previsto deportar el
martes 15 de abril a decenas de inmigrantes con destino a Mali, país azotado
por una guerra que está produciendo muertos y centenares de miles de
refugiados, tanto internos como hacia otros países. Una parte de los
deportados, añade la Campaña ,
son personas inmigrantes que han franqueado las alambradas de Ceuta y Melilla,
mientras que otros han sido previamente detenidos por la policía nacional en
redadas callejeras.
Un vuelo de la compañía Air Europa fletado por el Ministerio del Interior, según denuncia
En una nota informativa, la campaña por el cierre de los CIE
señala que agentes de la policía esposaron a 11 inmigrantes de nacionalidad
maliense en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Zapadores (Valencia)
y se los llevaron del centro, sin que anteriormente se les hubiera comunicado la
deportación.
“Cansados de las deportaciones, de los operativos policiales por
sorpresa y de las diversas prácticas que quiebran psicológicamente a las
personas”, un grupo de internos inició anteayer una huelga de hambre, decidida
en asamblea (en un principio comenzaron la huelga todos los internos del CIE,
aunque desistieron la mayoría tras una conversación con el director).
Previamente redactaron una carta al responsable del CIE de Zapadores, que los
policías de la garita rompieron en pedazos. En el segundo intento, un grupo
mayor de internos llevó la carta al director del centro, quien todavía no ha
dado respuesta.
Las organizaciones sociales denuncian que las deportaciones de
realizan sin aviso previo y con escasa antelación. De ese modo, la policía evita
el establecimiento de medidas judiciales cautelares que pudieran frenar las
expulsiones. “Los policías tienen las leyes en sus manos en el CIE, y el juez
no existe”, añaden. Uno de los internos ha destacado a la Campaña que varios de sus
compañeros han sido deportados solos, aprovechando vuelos comerciales. Los
llevan a la parte trasera del avión “atados de pies y manos, con un bozal en la
boca y con camisa de fuerza”.
Estas afirmaciones se suman a las denuncias por las condiciones de
vida en el interior del CIE de Zapadores, que la asamblea califica de
“degradantes”. A los hombres no se les permite salir al servicio durante la
noche, por lo que se ven obligados a hacer sus necesidades en bolsas de basura
y botellas de plástico, y soportar los olores durante horas. Asimismo afirman
que los policías del CIE fomentan los conflictos y las peleas, incluso
encierran en la misma estancia a todas las personas en caso de reyertas.
El vuelo programado para el día 15 de abril se agrega a otro
realizado el 7 de marzo, también con destino a la capital de Mali –Bamako-, que
hizo escala antes en Lagos con el fin de deportar a personas de nacionalidad
nigeriana. La organización SOS racismo denunció que en el citado vuelo fueron
deportados dos menores malienses.
La portavoz de la
Campaña Cies No en Valencia, Ana Fornés, ha recordado que la
campaña contra los “vuelos de la vergüenza” se inició en septiembre-octubre de
2013, tras unas redadas que se produjeron en Asturias. “Los macrovuelos se
producen aproximadamente cada dos meses”, subraya.
Explica además el “ciclo de represión migratoria”, que comienza en
las fronteras, ya en el estado español continúa con la llamada
“buro-represión”, que consiste en las dificultades para obtener permiso de
trabajo y residencia, necesarios para la regularización. “Mucha gente está
perdiendo estos permisos con la crisis”, destaca Ana Fornés. El tercer paso del
ciclo represivo son las redadas en espacios públicos (la calle) o privados (en
locutorios o en la puerta de las casas). “Hemos detectado incluso cómo se
cambian citas de comparecencias en comisaría o en las oficinas de extranjería,
precisamente, para hacerlas coincidir con el momento previo a la salida de los
vuelos”. Las detenciones pueden terminar con el internamiento en un CIE y la deportación
al país de origen, aunque el ingreso en el centro de internamiento para
extranjeros no implica necesariamente la expulsión.
El pasado jueves 10 de abril la Campaña por el Cierre de los CIE también los
vuelos de deportación a Colombia y Ecuador de personas inmigrantes de los CIE
de Aluche (Madrid) y Zapadores (Valencia). En los meses anteriores se
produjeron dos vuelos de las mismas características a Colombia (11 de diciembre
y 25 de febrero). En el primero de ellos se expulsó a 91 personas, e hizo
escala en Ecuador.
El 12 de febrero se hicieron públicos dos nuevos “vuelos de la
vergüenza”. El primero de ellos partía de Madrid rumbo a Dakar, con decenas de
inmigrantes de nacionalidad senegalesa detenidos antes en redadas policiales.
Son vuelos que tienen lugar aproximadamente cada dos meses. El segundo vuelo
deportó a inmigrantes marroquíes desde Barcelona o Madrid. Después de aterrizar
en Jerez de la Frontera ,
se les condujo en autobús hasta Algeciras, y después en Ferry hasta Ceuta,
donde se les entregó a la policía de Marruecos. Entre diciembre y febrero este
procedimiento se repitió al menos en cinco ocasiones.
Uno de los vuelos a Marruecos se produjo el 16 de enero, y en el
mismo se procedió a la expulsión de 24 personas inmigrantes. Según informa el
periódico Diagonal, el procedimiento fue similar al de casos anteriores:
redadas y detenciones policiales en los días y horas previas, y un número de
agentes que casi doblaba al de personas deportadas. En el vuelo se utilizaron
esposas metálicas (prohibidas en el Protocolo para las Repatriaciones). Algunos
testimonios señalan el contraste entre la comida que se distribuía a los
policías en el avión, y la alimentación precaria a la que se sometía a los
deportados. Una de las personas inmigrantes, que se desmayó en el ferry rumbo a
Ceuta, quedó destatendida hasta que se recuperó por sí misma. Entre los
deportados se encontraba Aziz, miembro de la PAH de Girona, que participó junto a otros
activistas en la defensa del Bloc-Salt (desalojado en diciembre por los Mossos
d’Esquadra). La Brigada
de Extranjería aprovechó que Aziz tenía que presentarse el día 15 en Comisaría
para detenerlo y trasladarlo en automóvil a Madrid, denuncia la Campaña por el Cierre de
los CIE.
La presentación de un habeas corpus por parte de su abogado
interrumpió el traslado a Madrid a la altura de Tarragona. Aziz fue trasladado
a Girona a la espera de la resolución del juzgado de Instrucción número tres,
que finalmente rechazó el habeas corpus. Según informa Diagonal, “en torno a las
11 de la noche se lo llevaron en volandas y encapuchado cuatro uniformados. Un
coche camuflado lo sacó de la ciudad, escoltado por dos Mossos y dos policías
nacionales. Aziz tuvo que soportar insultos, amenazas y vejaciones. Tuvo que
soportar que un Mosso le escupiera en la cara en el coche camino de la
autopista. Allí les esperaba otro coche de la policía nacional, al que fue
trasladado”. Horas después, se encontró en el aeropuerto con sus 23
compatriotas.
Las empresas privadas colaboran y participan en los vuelos de
deportación. En un contrato formalizado el 1 de marzo de 2013, el gobierno de
España adjudicaba a Air Europa y Swiftair los “servicios de transporte aéreo de
pasajeros para el traslado de ciudadanos extranjeros y de los funcionarios
policiales encargados de su custodia entre diversos puntos del territorio
nacional, y desde estos a otros países”. El valor estimado del contrato
asciende a 24.200.000 euros, según publicó el BOE en su edición del 11 de marzo
de 2013.
Mientras, organizaciones sociales y personas a título individual
han impulsado una campaña de boicot a la compañía Air Europa, y la corporación
empresarial de la que forma parte, Globalia. Señalan que para poder llenar los
aviones de los vuelos programados, “hemos comprobado que la policía efectúa en
los días previos redadas racistas e incluso cita –con engaños- a comisaría a
las personas que están en situación irregular, y que son del país al cual se
dirige el vuelo, para poder detenerlas y expulsarlas”. ¿Qué ocurre en los
“vuelos de la vergüenza? Testimonios de personas deportadas cuentan cómo “son
maltratadas en los vuelos: horas de espera en el aeropuerto con vigilancia
intensiva; cacheos y desnudos integrales; bridas de plástico o esposas
metálicas en las muñecas; insultos racistas; golpes por pedir ir al baño y
palizas por tratar de resistirse a ser deportados”, denuncian las
organizaciones sociales.
Añaden que según el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional (Artículo 7), el desplazamiento forzoso constituye un crimen de
lesa humanidad. El Artículo 19 de la
Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea
establece que se prohíben las expulsiones colectivas. Y el Convenio Europeo de
Derechos Humanos (Protocolo número 4) expresa que quedan prohibidas las
expulsiones colectivas de extranjeros. Como “racistas”, “ilegales” e Campos de
concentración en España, hoy.
Para reforzar esta información, pública pero soterrada porque lo
que no se ve no existe, este link al blog de Cristianismo i Justicia, con
información de Cáritas de España, organismo al que nadie puede acusar de
antisistema.
Ahora, una invitación. Pase esta nota. No es mucho. Más bien es
una mierda. Pero una mierda sobre otra pueden hacer una gran mierda, que
destape lo que huele aún peor, estos campos de concentración.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario