El gran filósofo Cesar Bruto dijo: ¡Qué
grandE sinvento la navidA y la fiN de Anio!, colocando estos encuentros anuales
junto a otros inventos de la humanidad, igualmente destacables, como “les
queletO y el osígenO”.
Como, de una modesta manera nos hemos propuesto
rescatar la función cultural de Cesar Bruto y su periódico “Verso si
notisiA”, hacemos este breve sobrevuelo por la antropología comparada,
titulado, “Aspectos singulares de las navidades catalanas, sincretismo y con
cretismo”.
Los catalanes no le dan bola, o le dan poca, a la Noche Buena. Ese día
es el de “caga tío”, que se pronuncia -por si viajan lo aclaramos- “cagatió”,
con el acento al final, que viene a ser pronunciación de Aragón. (En Aragón,
los baturros, acentúan el castellano como las palabras del mapuche, siempre en
agudas. De lo cual se podría desprender que el mapuche es un dialecto
originalmente aragonés, o a la inversa, pero eso lo dejaremos para futuras
indagaciones)
Seguimos con el “cagatió”, que es un cacho de
tronco -que en Aragón con sutiles diferencias se llama “la tronca” (fonética:
troncáááááááá) - al que se le pinta una cara. Desde una semana o dos antes de
Noche Buena, la gente de la casa le suministra al tronco caripintado comida y
regalos; lo miman. Luego, en la noche del 24, lo cagan a palos sin piedad, para
que el tronco cague regalos. Que lo hace, claro, produciendo confusiones
culturales varias, como suponer que en lugar del “caga tío” el que regala es
Papá Noel, Santa Claus o vaya uno a saber quién.
Lo interesante de este sincretismo catalán, que
junta el cagar a palos con el cagar regalos, es que tiene su extensión en los
belenes, donde nunca falta, junto a Reyes y pastores, el “caganer”; un sujeto o
sujeta que está cagando junto al pesebre.
El caganer es tan importante que si una figura
pública no tiene su caganer se siente menospreciada.
Del caganer nadie verdaderamente famoso se
salva, ni Carla Bruni, ni Bush, ni Ben Laden, ni Maradona, ni siquiera el Papa.
Como muestra elegimos dos argentinos que pueden
considerar que para Catalunya han llegado a ser primera línea, Messi y la
presidenta Cristina Kirchner.
Está claro que, hagamos un poco de sicoanálisis
social, los catalanes se hacen cargo de sus propias cagadas.
(Rescato este texto del baúl de mi otro blog, extinto.)