jueves, 12 de junio de 2014

Di María sabe donde tiene los pies, no sólo en el fútbol



Ángel Di María, mediocampista del Real Madrid no olvida su origen, como Maradona, sí, como Maradona, aunque con diferencia de estilo. Rescato algunos fragmentos de declaraciones suyas previas al Mundial de Brasil, por lo que dice y a quién se lo dice. “La Garganta Poderosa” es una revista hecha por villeros. Una herramienta de comunicación con la que pelean para tener, por ejemplo, una casa y un techo que no sean precarios y de lata.
Un dato: En estos días “La Garganta Profunda” se está haciendo desde las favelas, las “villa miseria” de Brasil. No tengo por qué retratarlos, se definen solos: “La Garganta es una cooperativa de trabajo de La Poderosa, una fuerza social que se construye desde las villas de todo el país, buscando transformar la realidad a través de la organización y la unión vecinal con asambleas barriales”.
Y no digo más.


“Quiero ganar el Mundial para demostrar que sólo con la plata no se puede ser feliz”
El mediocampista argentino que es una de las mayores esperanzas del Seleccionado Nacional para el Mundial, Ángel Di María, le brindó una entrevista exclusiva a La Garganta Poderosa en la que se refirió al fútbol desde un lado más humano: “Quiero ganar el Mundial para demostrar que todo es posible. Y que no sólo la plata nos puede hacer felices. Sin tener un mango, a veces uno vive momentos más plenos que cuando tiene plata. Y eso siempre lo mantengo en la cabeza… Ahí está mi meta, en esa alegría que tendría muchísima gente en la Argentina, si lográramos conseguir la Copa del Mundo”.
La figura del Real Madrid tuvo un íntimo encuentro con la revista cooperativa que se encuentra haciendo desde las favelas de Brasil la primera cobertura villera de la historia de un Mundial. En la charla, Di María agregó: “Mi riqueza es el cariño de mi familia y mi hija, no la plata. Y ese afecto, no lo cambio por nada, como tampoco cambio por nada la compañía de mis amigos, ni la emoción de volver a La Cerámica, mi barrio humilde de Rosario, y poder ser el mismo. Ningún bien material será nunca más valioso que todo eso. Hoy, tengo la misma ilusión que todos los argentinos: de poder lograr lo máximo, para darle esa alegría a la gente, desde adentro de la cancha, y jugando de la mejor manera posible”, afirmó el surgido de las inferiores de Newell’s.
Di María se sacó el casete y reconoció los sentimientos ambiguos que le suceden por dentro, a horas del debut: “El Mundial se disfruta porque estar ahí es algo muy lindo, que uno sueña día a día, desde que llega a Primera. Pero a su vez, cuando estás ahí adentro, se sufre, porque sabés que hay un país detrás, haciendo fuerza”. Y sobre la cobertura de La Garganta en el Mundial, expresó: “Es una alegría inmensa que viajen con nosotros, porque nos hacen sentir el respaldo de los barrios más humildes. Y también, porque yo veo que el fútbol les cambia la cabeza a los chicos y los ayuda a reaccionar en los malos momentos. Eso, a uno lo pone muy contento y le hace pensar que la pelota va más allá… Ojalá, dios quiera, podamos ganar este Mundial, para eso, para alegrar a los más humildes”.


“Tuve todas las carencias en mi infancia”
“Mi papá dejaba la vida en la carbonería para poder comprarme botines y llevarme al entrenamiento, cada vez que podía. Cuando no, me llevaba mi mamá en bicicleta, en la que también cargaba a mi hermana. Sin embargo, y por eso mismo también, muchos de mis momentos más felices los viví cuando no tenía plata en esa infancia”.
 “Siempre que voy a Rosario vuelvo a mi barrio, a la Perdriel, esa calle que tengo tatuada en mi brazo y en mi corazón, para siempre, donde estoy alegre, como en ningún otro lugar. A mí vino la varita mágica y un día me tocó, para que pudiera vivir lo que hoy estoy viviendo ahora. Pero de mis orígenes no me olvido, allí me siguen tomando como el Angelito que siempre fui, porque yo, soy el mismo de siempre”.


“¡Es hora de urbanizar, ya!”
“Es hora de urbanizar ya, tiene que haber un cambio. Para eso es necesario que quienes están arriba lo quieran hacer, porque es muy complicada la situación en la que vive muchísima gente en Argentina, por todas las problemáticas que hay”.
“Las cloacas, el agua o la luz, no son cosas difíciles de mejorar, si se quiere sacar al país adelante. Además, eso no sólo es una necesidad de los barrios humildes, sino una responsabilidad que nos cabe como sociedad. Si hay voluntad, se puede cambiar”.
El mediocampista de la Selección Argentina también apoyó a la Carpa Villera, donde vecinos de distintas villas sostienen desde hace más de cincuenta días una huelga de hambre, interpelando al Gobierno de la Ciudad a que cumpla las leyes de urbanización: “Lo que yo les puedo decir es que sigan peleando por ese objetivo, por la urbanización, por las cloacas y por todo lo que a nadie le debiera faltar. Ojalá lo consigan. Yo, desde que mi hija salió del hospital después de haber nacido con sólo seis meses de gestación, y luego de estar internada dos meses, siento que todo se puede sacar adelante. Y entonces, les pido eso: que sigan luchando”, sentenció, luego de sostener con convicción el cartel que rezaba: “Yo apoyo a la Carpa Villera”.



Algo más para leer ycompartir con los amigos y, tal vez, contagiarse de su consigna: “todo es posible”.



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