Ángel Di María, mediocampista del Real Madrid no
olvida su origen, como Maradona, sí, como Maradona, aunque con diferencia de
estilo. Rescato algunos fragmentos de declaraciones suyas previas al Mundial de
Brasil, por lo que dice y a quién se lo dice. “La Garganta Poderosa ”
es una revista hecha por villeros. Una herramienta de comunicación con la que
pelean para tener, por ejemplo, una casa y un techo que no sean precarios y de
lata.
Un dato: En estos días “La Garganta Profunda ”
se está haciendo desde las favelas, las “villa miseria” de Brasil. No tengo por
qué retratarlos, se definen solos: “La Garganta es una cooperativa de trabajo de La Poderosa , una fuerza
social que se construye desde las villas de todo el país, buscando transformar
la realidad a través de la organización y la unión vecinal con asambleas
barriales”.
Y no digo más.
“Quiero ganar el Mundial para demostrar que sólo
con la plata no se puede ser feliz”
El mediocampista argentino que es una de las
mayores esperanzas del Seleccionado Nacional para el Mundial, Ángel Di María,
le brindó una entrevista exclusiva a La Garganta Poderosa
en la que se refirió al fútbol desde un lado más humano: “Quiero ganar el
Mundial para demostrar que todo es
posible. Y que no sólo la plata nos puede hacer felices. Sin tener un mango, a
veces uno vive momentos más plenos que cuando tiene plata. Y eso siempre lo
mantengo en la cabeza… Ahí está mi meta, en esa alegría que tendría muchísima
gente en la Argentina ,
si lográramos conseguir la Copa
del Mundo”.
La figura del Real Madrid tuvo un íntimo encuentro
con la revista cooperativa que se encuentra haciendo desde las favelas de
Brasil la primera cobertura villera de la historia de un Mundial. En la charla,
Di María agregó: “Mi riqueza es el cariño de mi familia y mi hija, no la plata.
Y ese afecto, no lo cambio por nada, como tampoco cambio por nada la compañía
de mis amigos, ni la emoción de volver a La Cerámica , mi barrio humilde de Rosario, y poder
ser el mismo. Ningún bien material será nunca más valioso que todo eso. Hoy,
tengo la misma ilusión que todos los argentinos: de poder lograr lo máximo,
para darle esa alegría a la gente, desde adentro de la cancha, y jugando de la
mejor manera posible”, afirmó el surgido de las inferiores de Newell’s.
Di María
se sacó el casete y reconoció los sentimientos ambiguos que le suceden por
dentro, a horas del debut: “El Mundial se
disfruta porque estar ahí es algo muy lindo, que uno sueña día a día, desde que
llega a Primera. Pero a su vez, cuando estás ahí adentro, se sufre, porque
sabés que hay un país detrás, haciendo fuerza”. Y sobre la cobertura de
“Tuve todas las carencias en mi infancia”
“Mi papá dejaba la vida en la carbonería para poder
comprarme botines y llevarme al entrenamiento, cada vez que podía. Cuando no,
me llevaba mi mamá en bicicleta, en la que también cargaba a mi hermana. Sin
embargo, y por eso mismo también, muchos de mis momentos más felices los viví
cuando no tenía plata en esa infancia”.
“Siempre que
voy a Rosario vuelvo a mi barrio, a la Perdriel , esa calle que tengo tatuada en mi brazo
y en mi corazón, para siempre, donde estoy alegre, como en ningún otro lugar. A
mí vino la varita mágica y un día me tocó, para que pudiera vivir lo que hoy
estoy viviendo ahora. Pero de mis orígenes no me olvido, allí me siguen tomando
como el Angelito que siempre fui, porque yo, soy el mismo de siempre”.
“¡Es hora de urbanizar, ya!”
“Es hora de urbanizar ya, tiene que haber un cambio. Para eso es
necesario que quienes están arriba lo quieran hacer, porque es muy complicada
la situación en la que vive muchísima gente en Argentina, por todas las problemáticas
que hay”.
“Las cloacas, el agua o la luz, no son cosas
difíciles de mejorar, si se quiere sacar al país adelante. Además, eso no sólo
es una necesidad de los barrios humildes, sino una responsabilidad que nos cabe
como sociedad. Si hay voluntad, se puede cambiar”.
El
mediocampista de
Algo más para leer ycompartir con los amigos y, tal vez, contagiarse de su consigna: “todo es
posible”.
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